Una vez,… tuve yo un gato
blanco y rubio, y tan junín!
Tenía la cola así de larga,
y se llamaba Serafín.
.
Casi siempre se sentaba,
enroscado en su sillón,
al mirarlo desde lejos,
parecía un almohadón.
.
Una vez vino de visita
una amiga de mamá,
¡tan cortísima de vista,
que no veía hasta allá!
.
Era: gorda, gorda,
gorda como un balón,
y cada dedo,
¡parecía un salchichón!
.
Entró en la sala
con los lentes sin poner,
y en la silla de mi gato…
…¡purrundummm se dejó caer!
.
¡Aaaahhhh!
Aplastó a mi pobre gato,
por delante y por detrás.
¡Lo dejó hecho una torta!
¡Tan monín, tan monín!
.
¡Malaya las viejas gordas
las amigas de mamá
que aplastó a mi pobre gato
por delante y po detrás…
.
Pero mi gato, tenía
siete vidas. Ya lo sé.
Y, al levantarse la gorda,
salió corriendo también.
